sábado, 19 de enero de 2013

BV 7: 30 minutos de amor



Y aquí estoy yo una semana después de que mi apuesta diera inicio. Para los que ya no lo sepan, queridos solterones de la ciudad de New Hampshire Eileen tiene novio hasta nuevo aviso. Y no es nada más ni nada menos que Matthew Klintworth. Aunque estáis de suerte porque solo es un pequeño caprichito para estas navidades. Nada más terminen vuelvo a estar a vuestra completa disposición. Mientras tanto tendré que acompañar a mi queridito a cada lugar que vaya porque como comprenderéis no quiero ser la cornuda sino la infiel.
Rachel todavía sigue sin aprobar lo que estoy haciendo pero aún así no le ha contado nada su hermano. Lleva sin hablarme varios días pero estoy segura de que no podrá resistirse a dirigirme la palabra cuando vea lo que yo estoy viendo en este momento. Nada más ni nada menos que a Damien, el amor de su vida, cortando con Sasha, con la que lleva apenas dos meses. Sin duda alguna la relación más larga que ha tenido hasta el momento y os lo puedo asegurar. Llevo las cuentas…
Ahí está. Rachel entra en la cafetería con Nicole que al verme me guiña un ojo. <<Maldita víbora>> Pienso al mismo tiempo que sonrío. A Rach le brillan los ojos de la emoción. Está loca por soltarlo pero no sabe si debe romper su voto de silencio conmigo.
— ¿Lo has visto verdad?
Nicole sí que sabe cómo romper el hielo. Ahí está dando rienda suelta a la lengua de Rach que no para de morderse el labio. Si sigue así le saldrá sangre.
— ¡Lo he visto! ¡Lo he visto!
Hacía tiempo que no la veía tan emocionada y nerviosa. Desde que Lorian se le confesó frente a las taquillas hace tres años. Eso sí que fue todo un espectáculo. Lorian no era ningún bellezón y precisamente era un don nadie en el instituto. Estuvimos tres semanas riéndonos a carcajadas cada vez que le veíamos pasar. No me considero una puta por reírme de los menos agraciados así que ni siquiera lo penséis.
—Por qué no te acercas y le dices << ¡Ey Damien, debajo de mi falda tienes un regalito!>>  
Mi proposición no es bien recibida. Genial, me acabo de ganar otra mirada de odio. La decima octava de la semana. Esto de ser amiga de la hermana del novio no es una buena idea. Y vuelvo a recordar que la culpa de todo la tiene Nicole. Hablando de ella ahí va a abrir su bocaza.
— ¿Cómo vas con Matt,  Eileen?
¿No os lo dije? Que coñazo, venga a echarle más leña al fuego. Por eso no pienso darle el gustazo de verme perder ante ella. Como que me llamo Eileen que yo consigo llevarme a Matt a la cama o me cambio el nombre.
—Muy bien…
Una respuesta a secas siempre es lo mejor. La dejas con la duda y sabe que no tienes intención de seguir con la conversación. No hay ánimos. Tomad nota chicas por si acaso os ocurre alguna vez.
—Esto me parece demasiado Eileen…
Ahí está. Nicole ya lo consiguió, ahora tendré que volver a enfrentarme durante otra semana a Rach y a sus malas caras.
–Bueno, bueno, Rach no la culpes. Fui yo la que empezó esto.
—Ya, pero es ella la que lo está continuando así que es tanto culpable el que peca como el pecador.
Siento un poco de remordimiento. Después de todo soy humana y sé que esto no está bien. Todavía no estoy segura de cómo voy a terminar con Matt. No estoy segura de nada pero sigo y sigo para adelante como el huracán. Hasta que no arrase con todo es que no se terminará.
Rach me mira indignada. Coge su bandeja y se marcha. A las dos se nos ha quitado el apetito.
—No pasa nada… al final os reconciliaréis…
Nicole pone su mano sobre la mía como si quisiera consolarme. Sonríe ligeramente pero sé que está loca por marcharse y reír a carcajadas. Asiento y me marcho yo también. Tengo una clase a la que asistir y muchos dibujos que hacer y ya sabéis quien es la modelo de hoy.
Mi libreta de literatura está llena de garabatos, llevo toda la hora rompiéndome la cabeza sobre como reconciliarme con Rach. En realidad se cual es la solución, detener todo este lío con Matt y volveremos a ser las amigas inseparables que hemos sido siempre o casi siempre. Necesito otra solución, algo que no implique perder el juego. Quizás si…
—Se divierte en mi clase señorita Eileen?—Pillada por la profesora en plena faena.
Me quedo callada esperando que me eche, porque sé que lo hará. Tiempo no le falta.
—Fuera de mi clase—Señala la puerta y antes de que ponga un pie fuera con todas las cosas dice: para mañana quiero que me haga un trabajo de 300 palabras sobre la clase de hoy.
SI mamá se entera de que he sido echada de una clase, por primera vez en mi vida, creo que me mata. Ahora se supone que tendría que ir al aula de castigados pero entrar en ese sitio supone tener demasiado valor y yo no lo tengo así que me quedo en los sofás de la entrada esperando a que el timbre suene. Quedan 5 minutos. El bolsillo del pantalón me vibra, me acaba de llegar un mensaje al app. Ahí está. Es Matt, diciéndome que me viene a recoger a la salida. Lo que estoy haciendo es una broma, una broma de muy mal gusto pero Nicole no me va a ganar. Y por cómo marchan las cosas tendré a Matt entre mis bragas muy poco. Hace unos días lo intentó pero al final se detuvo, según él no quiere apresurar las cosas. Lo que no sabe es que a mí el tiempo se me agota, dentro de cinco días sería fin de año y Nicole pediría pruebas. Si no las tenía para entonces quedaría como una perdedora ante ella. De solo pensarlo se me erizan todos los pelos del cuerpo. Así que tenía que ser hoy, o convenzo a Matt de que no soy ninguna puritana y que estoy preparada desde hace mucho tiempo o no sé qué pasará.
Lo gracioso del asunto es que él piensa que yo todavía soy virgen. JA. Virgen yo. Deje de serlo el año pasado en la cena de clase. Es algo que todavía no le he contado a Rach pero me tiré a Denise. No era nada del otro mundo y a decir verdad fue la peor noche de mi vida porque el pobre tampoco sabía cómo iba la ‘’cosa’’, ya sabéis a que me refiero y en fin que la pifiamos a lo grande.
Ahí está mi señal, el timbre acaba de sonar y necesito saltarme la última hora para ir a prepararme a casa. Le mando un app a Matt diciéndome que me recoja en casa y otro a Nicole, sí, a ella, necesito su ayuda para salir.
<<SOS! Necesito salir>>
En seguida me contesta: <<Voy para allá>>
Tarda unos minutos en aparecer por el pasillo.
— ¿Por qué estás aquí?
La mira como diciendo: ¿no es obvio?
— Me han echado de literatura…
Empieza a troncharse de la risa y yo no le veo la gracia por ningún lado.
—No me lo puedo creer. Jajajaja.
—No me hace gracia, y ahora venga ayúdame a salir.
— ¿A dónde vas tan apurada?
EL gusanillo de la curiosidad empieza a picar ¿eh? Pues se va a joder bien buena porque no voy a decir ni pio.
—Nada… cosas mías…
Levanta una ceja y me dice:
—Con que cosas tuyas ¿eh? Vale venga vamos yo distraigo al de la entrada y tu sal pitando.
Cojo la mochila y me preparo. Ella se va a la caseta de la entrada a hablar con el conserje. Prácticamente lo tiene en el bote. El tío parece un pez en una red de pescar dando coletazos de un lado a otro pero sin poder escapar. Maldita Nicole. Estoy distraída cuando veo que me hace la señal. ¡Listo! A correr se ha dicho. Me agacho y con mucho cuidado de no ser pillada paso por donde están ellos. Cuando llego a la puerta corro con todas mis fuerzas y no me detengo hasta estar a una cuadra del instituto. Entonces me llega otro app de Nicole diciéndome que todo ha ido bien y que nadie me ha visto y lo último me cabrea un montón, dice que le debo uno por esta. La que me faltaba, ¿pero no se supone que las amigas están para ayudarse en los momentos difíciles? Vale que yo no la aprecie demasiado y que le tenga algo de envidia (sí, lo admito, la envidio por ser tan perfecta) pero de eso a deberle algo por un favor tan pequeñito como este… Sí que se pasa la tía.
Le he dicho a Matt que venga a casa porque mis padres hoy no van a estar en todo el día y a Evan… MIERDA, me había olvidado ya de que tengo un hermano. A ver qué hago ahora porque este todavía me guarda la de la última vez y seguro que después le dice a mamá y a papá que he traído un chico a casa y ahí empezarán las largas e interminables charlas sobre lo que es realmente importable en la vida. Como si yo no lo supiera, Matt no es importante, no es nada comparado con lo que me espera el año que viene. Estoy emocionada de solo pensarlo.
Hoy cambio de ruta cuando veo que me estoy acercando a la casa de Billingsley así que doy un pequeño rodeo por la calle de atrás hasta llegar a la valla de la entrada de mi casa. Las luces están todas apagadas así que Evan debe de estar o encerrado en su habitación o con alguno de sus amigos por ahí. Lo cual es perfecto para mí porque tengo la casa sola para estar con Matt.
Recojo todo. Resulta que mi familia es especialista en dejarlo todo tirado por las esquinas y me incluyo entre ellos porque mi habitación parece un gallinero. Tengo que dejarlo todo perfecto para cuando él llegue. Hasta escojo lo que me voy a poner. Me ducho para no oler mal. Nada puede estropearlo. Nada excepto el portazo de la entrada.
— ¿Y tú qué haces aquí?—Pregunto al ver a mi querido y no bien recibo hermano en la puerta.
— ¿Eso no debería preguntarlo yo?
— ¡NO! Tienes que largarte ya mismo, necesito la casa hoy y no puedes quedarte.
Me muevo rápido y empiezo a empujarlo hacia la salida.
— ¡Oye que también es mi casa!—Se queja.
—Venga Evan, porfa—pongo mi mejor carita de pena—solo por hoy y te prometo que te cubro con papá y mamá ¿vale?
Ahí he dado de pleno, jamás rechazaría mi oferta. Lo conozco, es mi hermano.
—Está bien, pero recuérdalo ¿eh? O le cuento todo esto a mamá y a papá.
Me pongo tan contenta que le doy un beso y le apremio antes de marcharse.
—Eres el mejor hermano idiota y descerebrado que he tenido nunca.
Se echa a reír y cierra la puerta. Vuelvo a estar sola pero no por mucho tiempo. Cinco minutos después vuelve a tocar el timbre y esta vez me secciono bien de que la persona a la que voy a abrir la puerta sea Matt. Ahí está, esperando por mí. Reviso todo rápido. Mi ropa es simple pero no la elegí así porque no quiera estar guapa para él sino porque es más rápida de quitar.
—Hola cariño.
Me mira sonriente y me coge en brazos, dándome un efusivo saludo.
—Hola. ¿Tú no deberías estar en el instituto?
Sonrío como una tonta y entre beso y beso trato de responder.
—Ya, pero…—beso—prefería—beso—estar contigo—beso.
— ¿Estamos solos?
Jo aún por encima inteligente, tengo que apremiarlo por sacar esa conclusión él solito.
—Acabo de echar a mi hermano así que sí, la casa es toda nuestra.
Se deja caer en el sofá y me siento a su lado.
— ¿Bueno y por donde empezamos? ¿La comida o vamos directos al postre?
      

3 comentarios:

  1. jajaja, tengo curiosidad por saber si conseguirá ganar o no ;)

    besitos<3

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajajajaja no te preocupes ya estoy preparando el próximo capítulo el sábado ya lo tendré listo y subido!

      Eliminar
    2. El sabado!? no puedo aguantar hasta el sábado. Me acabo de leer todos los capítulos de beso viajero en cinco minutos.

      Bueno, al menos tengo las demás historias, pero ya mañana, se me estan quemando las pestañas. ;)

      Besos¡

      Eliminar