Y aquí
estoy yo una semana después de que mi apuesta diera inicio. Para los que ya no lo
sepan, queridos solterones de la ciudad de New Hampshire Eileen tiene novio
hasta nuevo aviso. Y no es nada más ni nada menos que Matthew Klintworth.
Aunque estáis de suerte porque solo es un pequeño caprichito para estas
navidades. Nada más terminen vuelvo a estar a vuestra completa disposición. Mientras
tanto tendré que acompañar a mi queridito a cada lugar que vaya porque como
comprenderéis no quiero ser la cornuda sino la infiel.
Rachel
todavía sigue sin aprobar lo que estoy haciendo pero aún así no le ha contado
nada su hermano. Lleva sin hablarme varios días pero estoy segura de que no
podrá resistirse a dirigirme la palabra cuando vea lo que yo estoy viendo en
este momento. Nada más ni nada menos que a Damien, el amor de su vida, cortando
con Sasha, con la que lleva apenas dos meses. Sin duda alguna la relación más
larga que ha tenido hasta el momento y os lo puedo asegurar. Llevo las cuentas…
Ahí
está. Rachel entra en la cafetería con Nicole que al verme me guiña un ojo.
<<Maldita víbora>> Pienso al mismo tiempo que sonrío. A Rach le
brillan los ojos de la emoción. Está loca por soltarlo pero no sabe si debe
romper su voto de silencio conmigo.
— ¿Lo
has visto verdad?
Nicole
sí que sabe cómo romper el hielo. Ahí está dando rienda suelta a la lengua de
Rach que no para de morderse el labio. Si sigue así le saldrá sangre.
— ¡Lo
he visto! ¡Lo he visto!
Hacía
tiempo que no la veía tan emocionada y nerviosa. Desde que Lorian se le confesó
frente a las taquillas hace tres años. Eso sí que fue todo un espectáculo.
Lorian no era ningún bellezón y precisamente era un don nadie en el instituto. Estuvimos
tres semanas riéndonos a carcajadas cada vez que le veíamos pasar. No me
considero una puta por reírme de los menos agraciados así que ni siquiera lo
penséis.
—Por
qué no te acercas y le dices << ¡Ey Damien, debajo de mi falda tienes un
regalito!>>
Mi
proposición no es bien recibida. Genial, me acabo de ganar otra mirada de odio.
La decima octava de la semana. Esto de ser amiga de la hermana del novio no es
una buena idea. Y vuelvo a recordar que la culpa de todo la tiene Nicole.
Hablando de ella ahí va a abrir su bocaza.
— ¿Cómo
vas con Matt, Eileen?
¿No os
lo dije? Que coñazo, venga a echarle más leña al fuego. Por eso no pienso darle
el gustazo de verme perder ante ella. Como que me llamo Eileen que yo consigo
llevarme a Matt a la cama o me cambio el nombre.
—Muy
bien…
Una
respuesta a secas siempre es lo mejor. La dejas con la duda y sabe que no
tienes intención de seguir con la conversación. No hay ánimos. Tomad nota
chicas por si acaso os ocurre alguna vez.
—Esto
me parece demasiado Eileen…
Ahí
está. Nicole ya lo consiguió, ahora tendré que volver a enfrentarme durante
otra semana a Rach y a sus malas caras.
–Bueno,
bueno, Rach no la culpes. Fui yo la que empezó esto.
—Ya,
pero es ella la que lo está continuando así que es tanto culpable el que peca
como el pecador.
Siento
un poco de remordimiento. Después de todo soy humana y sé que esto no está
bien. Todavía no estoy segura de cómo voy a terminar con Matt. No estoy segura
de nada pero sigo y sigo para adelante como el huracán. Hasta que no arrase con
todo es que no se terminará.
Rach me
mira indignada. Coge su bandeja y se marcha. A las dos se nos ha quitado el
apetito.
—No
pasa nada… al final os reconciliaréis…
Nicole
pone su mano sobre la mía como si quisiera consolarme. Sonríe ligeramente pero
sé que está loca por marcharse y reír a carcajadas. Asiento y me marcho yo
también. Tengo una clase a la que asistir y muchos dibujos que hacer y ya sabéis
quien es la modelo de hoy.
Mi
libreta de literatura está llena de garabatos, llevo toda la hora rompiéndome
la cabeza sobre como reconciliarme con Rach. En realidad se cual es la
solución, detener todo este lío con Matt y volveremos a ser las amigas
inseparables que hemos sido siempre o casi siempre. Necesito otra solución,
algo que no implique perder el juego. Quizás si…
—Se
divierte en mi clase señorita Eileen?—Pillada por la profesora en plena faena.
Me
quedo callada esperando que me eche, porque sé que lo hará. Tiempo no le falta.
—Fuera
de mi clase—Señala la puerta y antes de que ponga un pie fuera con todas las
cosas dice: para mañana quiero que me haga un trabajo de 300 palabras sobre la
clase de hoy.
SI mamá
se entera de que he sido echada de una clase, por primera vez en mi vida, creo
que me mata. Ahora se supone que tendría que ir al aula de castigados pero
entrar en ese sitio supone tener demasiado valor y yo no lo tengo así que me
quedo en los sofás de la entrada esperando a que el timbre suene. Quedan 5
minutos. El bolsillo del pantalón me vibra, me acaba de llegar un mensaje al
app. Ahí está. Es Matt, diciéndome que me viene a recoger a la salida. Lo que
estoy haciendo es una broma, una broma de muy mal gusto pero Nicole no me va a
ganar. Y por cómo marchan las cosas tendré a Matt entre mis bragas muy poco.
Hace unos días lo intentó pero al final se detuvo, según él no quiere apresurar
las cosas. Lo que no sabe es que a mí el tiempo se me agota, dentro de cinco
días sería fin de año y Nicole pediría pruebas. Si no las tenía para entonces
quedaría como una perdedora ante ella. De solo pensarlo se me erizan todos los
pelos del cuerpo. Así que tenía que ser hoy, o convenzo a Matt de que no soy
ninguna puritana y que estoy preparada desde hace mucho tiempo o no sé qué
pasará.
Lo
gracioso del asunto es que él piensa que yo todavía soy virgen. JA. Virgen yo. Deje
de serlo el año pasado en la cena de clase. Es algo que todavía no le he
contado a Rach pero me tiré a Denise. No era nada del otro mundo y a decir
verdad fue la peor noche de mi vida porque el pobre tampoco sabía cómo iba la ‘’cosa’’,
ya sabéis a que me refiero y en fin que la pifiamos a lo grande.
Ahí
está mi señal, el timbre acaba de sonar y necesito saltarme la última hora para
ir a prepararme a casa. Le mando un app a Matt diciéndome que me recoja en casa
y otro a Nicole, sí, a ella, necesito su ayuda para salir.
<<SOS!
Necesito salir>>
En seguida
me contesta: <<Voy para allá>>
Tarda
unos minutos en aparecer por el pasillo.
— ¿Por
qué estás aquí?
La mira
como diciendo: ¿no es obvio?
— Me
han echado de literatura…
Empieza
a troncharse de la risa y yo no le veo la gracia por ningún lado.
—No me lo
puedo creer. Jajajaja.
—No me
hace gracia, y ahora venga ayúdame a salir.
— ¿A
dónde vas tan apurada?
EL
gusanillo de la curiosidad empieza a picar ¿eh? Pues se va a joder bien buena
porque no voy a decir ni pio.
—Nada…
cosas mías…
Levanta
una ceja y me dice:
—Con
que cosas tuyas ¿eh? Vale venga vamos yo distraigo al de la entrada y tu sal
pitando.
Cojo la
mochila y me preparo. Ella se va a la caseta de la entrada a hablar con el conserje.
Prácticamente lo tiene en el bote. El tío parece un pez en una red de pescar
dando coletazos de un lado a otro pero sin poder escapar. Maldita Nicole. Estoy
distraída cuando veo que me hace la señal. ¡Listo! A correr se ha dicho. Me
agacho y con mucho cuidado de no ser pillada paso por donde están ellos. Cuando
llego a la puerta corro con todas mis fuerzas y no me detengo hasta estar a una
cuadra del instituto. Entonces me llega otro app de Nicole diciéndome que todo
ha ido bien y que nadie me ha visto y lo último me cabrea un montón, dice que
le debo uno por esta. La que me faltaba, ¿pero no se supone que las amigas
están para ayudarse en los momentos difíciles? Vale que yo no la aprecie
demasiado y que le tenga algo de envidia (sí, lo admito, la envidio por ser tan
perfecta) pero de eso a deberle algo por un favor tan pequeñito como este… Sí
que se pasa la tía.
Le he
dicho a Matt que venga a casa porque mis padres hoy no van a estar en todo el
día y a Evan… MIERDA, me había olvidado ya de que tengo un hermano. A ver qué
hago ahora porque este todavía me guarda la de la última vez y seguro que
después le dice a mamá y a papá que he traído un chico a casa y ahí empezarán
las largas e interminables charlas sobre lo que es realmente importable en la
vida. Como si yo no lo supiera, Matt no es importante, no es nada comparado con
lo que me espera el año que viene. Estoy emocionada de solo pensarlo.
Hoy
cambio de ruta cuando veo que me estoy acercando a la casa de Billingsley así
que doy un pequeño rodeo por la calle de atrás hasta llegar a la valla de la
entrada de mi casa. Las luces están todas apagadas así que Evan debe de estar o
encerrado en su habitación o con alguno de sus amigos por ahí. Lo cual es
perfecto para mí porque tengo la casa sola para estar con Matt.
Recojo
todo. Resulta que mi familia es especialista en dejarlo todo tirado por las
esquinas y me incluyo entre ellos porque mi habitación parece un gallinero. Tengo
que dejarlo todo perfecto para cuando él llegue. Hasta escojo lo que me voy a
poner. Me ducho para no oler mal. Nada puede estropearlo. Nada excepto el
portazo de la entrada.
— ¿Y tú
qué haces aquí?—Pregunto al ver a mi querido y no bien recibo hermano en la
puerta.
— ¿Eso
no debería preguntarlo yo?
— ¡NO!
Tienes que largarte ya mismo, necesito la casa hoy y no puedes quedarte.
Me
muevo rápido y empiezo a empujarlo hacia la salida.
— ¡Oye
que también es mi casa!—Se queja.
—Venga
Evan, porfa—pongo mi mejor carita de pena—solo por hoy y te prometo que te
cubro con papá y mamá ¿vale?
Ahí he
dado de pleno, jamás rechazaría mi oferta. Lo conozco, es mi hermano.
—Está
bien, pero recuérdalo ¿eh? O le cuento todo esto a mamá y a papá.
Me
pongo tan contenta que le doy un beso y le apremio antes de marcharse.
—Eres
el mejor hermano idiota y descerebrado que he tenido nunca.
Se echa
a reír y cierra la puerta. Vuelvo a estar sola pero no por mucho tiempo. Cinco
minutos después vuelve a tocar el timbre y esta vez me secciono bien de que la
persona a la que voy a abrir la puerta sea Matt. Ahí está, esperando por mí. Reviso
todo rápido. Mi ropa es simple pero no la elegí así porque no quiera estar
guapa para él sino porque es más rápida de quitar.
—Hola
cariño.
Me mira
sonriente y me coge en brazos, dándome un efusivo saludo.
—Hola.
¿Tú no deberías estar en el instituto?
Sonrío
como una tonta y entre beso y beso trato de responder.
—Ya,
pero…—beso—prefería—beso—estar contigo—beso.
— ¿Estamos
solos?
Jo aún
por encima inteligente, tengo que apremiarlo por sacar esa conclusión él
solito.
—Acabo
de echar a mi hermano así que sí, la casa es toda nuestra.
Se deja
caer en el sofá y me siento a su lado.
— ¿Bueno
y por donde empezamos? ¿La comida o vamos directos al postre?
jajaja, tengo curiosidad por saber si conseguirá ganar o no ;)
ResponderEliminarbesitos<3
jajajajaja no te preocupes ya estoy preparando el próximo capítulo el sábado ya lo tendré listo y subido!
EliminarEl sabado!? no puedo aguantar hasta el sábado. Me acabo de leer todos los capítulos de beso viajero en cinco minutos.
EliminarBueno, al menos tengo las demás historias, pero ya mañana, se me estan quemando las pestañas. ;)
Besos¡